
La casa, esa puerta de dos tabiques, la chimenea que se ve al fondo, el cerco de ligustro, los árboles...los pinos, la cerca blanca del portón...la atmósfera típica del Gran Buenos Aires de aquella época me hacen acordar a mi casa de la infancia. El año en el que nací...allí estaba Oesterheld con su familia. El Gran creador de grandes personajes de la historieta argentina, entre ellos El Eternauta, en ésta foto tomada en 1959 con sus cuatro hijas y con su esposa. Ahí Él tenía 40 años, uno más que mi viejo. La familia que nunca tuve ni tendré. La familia que deshizo la mano férrea del genocidio durante la dictadura militar de la década del `70: Tanto Germán como sus cuatro hijas sufrieron el mismo terrible destino, solo su esposa y dos nietos le sobrevivieron. Ellos continúan buscando a otros dos nietos apropiados por los militares.
Si pudiera ser yo Juan Salvo, el eternauta, y rescatarte a otra línea temporal en la que no ocurrió el maldito golpe del `76. Si pudiera irte a buscar a esa foto para contarte de tu destino y el de tus hijas para que pudieras evitarlo.....si pudiera con poderes de héroe de comics evitar lo inevitable...
- Yo adoraba mis plantas, mis árboles y los caracoles me las comían, entonces había que matar los caracoles, que eran plaga, y él sufría porque tenía que ponerles veneno. Me decía: "Pobrecitos, tienen derecho a vivir"
Elsa Oesterheld, viuda de Héctor G. Oesterheld